Llamados a la conversión
Parece mentira lo que somos capaces de andar.
Una hermana uno de estos días enseñaba la cantidad de kilómetros que habíamos caminado en Roma. No lo imaginábamos. Al inicio nos preguntábamos, ¿seré capaz? Ahora estanos en marcha y vemos que es posible.
Y terminamos Roma, el día 07 de noviembre: muy temprano fuimos a visitar la Basílica de San Pablo donde se venera a San pablo, quien para nuestro Padre Domingo y para todo Dominico es muy importante porque en sus viajes por Europa siempre llevaba consigo el Evangelio de San Mateo y las Cartas de San Pablo.
Después a pesar de nuestras confusiones en el Metro con la afluencia de tanta gente, fuimos a Santa Sabina, donde tuvimos un tiempo para sentir la energía de la celda de nuestro Padre Domingo y visitar la Curia general de la Orden.
Terminamos así el primer tramo de nuestro camino. Experiencia que tiene que ayudarnos a revisar en nuestra vida cómo estamos haciendo este VIAJE.
Nos tenemos que detener un momento para ver que de algún modo lo de avanzar en el viaje es una buena imagen de la vida. Al mirar atrás y ver todo lo sentido, lo amado, lo experimentado, nos damos cuenta que allá quedaron. Hoy son recuerdo…
El tiempo del camino es una buena imagen del tiempo de nuestras vidas… y nos invita a reflexionar.
Qué va quedando en el corazón, en la vida. Qué vamos permitiendo que permanezca aunque los lugares pasen…



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